martes, 25 de enero de 2011

Patatas con conejo

¿No has sentido nunca ganas de despotricar muchísimo?


Ganas tremendas de poner a alguien a caer de un burro, de llamarle de todo menos bonit@, de sacarle los ojos y comértelos a cucharitas...

En definitiva, de hacer y decir cosas de las que, con toda probabilidad, te arrepentirás al día siguiente.

Porque en realidad, no era tan grave lo que hizo Fulanit@, porque te perdieron totalmente las formas, porque ahora, visto de otro modo, piensas diferente...

Pero las palabras ya salieron de tu boca y no puedes hacer que se olviden. ¿Verdad? ¿A que te ha pasado?

Pues yo he encontrado la solución :)

A partir de hoy, y durante un mes, cuando algo me hierva la sangre de tal forma que me impulse a decir barbaridades, las sustituiré con un simple:
"patatas con conejo".
No ofende, no agrede, no tengo que arrepentirme, y desahoga si lo acompaño con más o menos exclamaciones.

Y así, calmando mi furia interior con las patatas con conejo, gano tiempo para respirar, pensar con calma, contar hasta 100 y hasta 1000, y reflexionar sobre el motivo de mi enfado.

Así, conseguiré encontrar los motivos exactos de mi emoción negativa, y tendré tiempo para buscar las palabras adecuadas que expresen, asertivamente, lo que siento.

¿Te apuntas conmigo? ¿Qué sustituto has elegido?

No hay comentarios: