martes, 22 de diciembre de 2009

Que me toque el Gordo!!!

Estoy hecha un manojo de nervios. Durante estos primeros minutos de la mañana, todos somos los futuros ganadores del Gordo.

¿Qué harías si te tocara?

Son 300.000 euros al décimo... pongamos que son íntegros (mentira, que seguro que Hacienda, que somos todos, se lleva la mitad).

Yo compraría una casa de tres o cuatro habitaciones, en alguna localidad a las afueras de Madrid, preferiblemente, en la zona noroeste, o norte. Cerca de la casa de mis padres.

También me gustaría comprar un pequeña parcelilla en los alrededores de la localidad donde mis padres tienen su casa. Así, mi padre tendría su espacio para criar sus conejos, gallinas, palomas... su huerto... y dejaría la parcela para que mi madre pusiera sus plantas.


A mi madre le regalaría un smart, o cualquier coche de ese estilo, pequeñito y automático. Para que pudiera moverse a sus anchas de la urbanización al pueblo, y asistir a mil y un talleres, y pasarse las horas muertas en la biblioteca, ir la mercadillo...

A mi hermano le compraría un telescopio profesional para acercarle aún más al cielo que se merece, y mi hermana lo que necesita es trabajo, pero eso no puedo comprarlo. ¿O si? Podría ayudarle con el dinero necesario para coger plaza en un colegio en régimen de cooperativa...

A mi chico... le regalaría un viaje impresionante... ¡pero conmigo! :) Y por pedir... le compraría su propia ganadería de toros bravos, o sería accionista mayoritaria de su propio centro deportivo...

jueves, 10 de diciembre de 2009

Navidades... sin él.

Ya están aquí... los días de fiesta, de comidas y cenas familiares, más comidas de empresa, más cenas y copas con los amigos...
De pequeña, adoraba las Navidades. Me encantaba poner el Belén y el árbol, empapar los langostinos en mayonesa, cantar villancicos en cuanto mi tío sacaba su guitarra, acostarme tarde, los nervios de las uvas, la noche de Reyes...
Pero hay alguien que siempre daba sentido a las Navidades: Él, ordenando los regalos y repartiéndolos uno a uno. Él colándonos en la cabalgata, para ponernos en primera fila. Él presidiendo todas las cenas y comidas, mirándonos a todos con gran satisfacción, y comiéndonos a besos. Eran sus fiestas

Por eso, desde que él no está, las Navidades me parecen tristes. Ya no canto villancicos porque no me sale la voz si él no entona la primera estrofa con su voz cascada. Ya no me interesan los regalos, porque no los reparte él. No quiero ir a la cabalgata porque ya no está él para darme la mano. Miro la mesa y le falta lo más importante... él presidiéndola.

Fue un hombre magnífico. Ciertamente, la mejor persona que he conocido nunca. el que pegaba cromos conmigo, el que me ayudaba en los deberes, el que me contaba historias de la guerra, el que intentaba convencerme de la belleza de las Zarzuelas, el que llamaba "cara cuadrada" al primer niño que me gustó, el mismo que afirmaba seguir profundamente enamorado de su mujer, el que lloraba porque un día alguien le dijo que tenía que dejar mi casa porque le iban a llevar a un asilo, al que me abracé llorando diciéndole "si te vas, me voy contigo". El que me escuchaba en el hospital, mientas le narraba mi último partido de fútbol, el que me hacía cosquillas hasta que conseguía que le gritara "abuelooooooooooooo!!!". El que hablaba tan rápido que podía rezarse un rosario en tiempo récord. El que me llamaba "cielete", pese a que siempre pensé que lo que decía era "filete"...     Van ya 10 navidades sin él, sin mi abuelo.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

CONECTAR WII ORDENADOR, misión imPOSIBLE!!

Me han regalado la wii fit por mi cumpleaños, y ayer decidí probarla.

Antes de nada, tenía que conseguir conectar la wii a mi ordenador, porque eso de hacer el ridículo en el salón con toda mi familia mirando... como que no me motiva.
Así que me armo de valor, me siento en el suelo y estudio concienzudamente los cables que salen de la cpu. Veo un cable que se divide en rojo, amarillo y blanco, y casualmente encaja a la perfección con los cables de la wii. Yuju!!. Enciendo el ordenador, enciendo la wii. Nada. Necesitaré algún tipo de software...
Pido ayuda a San Google. "conectar wii ordenador" buscar. Miles de entradas acerca de gente que se compra cables en Japón, un foro de informáticos donde discuten acerca de VGA, cables por componentes, No sé qué Box, calidad de imagen... ¿No hay nadie que pueda explicarme esto? Que soy psicóloga, no informática...
Leo algo sobre usar un sintonizador de tv. Coño! Si yo compré uno de Asus, me lo instaló un amigo... y jamás funcionó! Creo que en algún momento me harte de que se me abriera el programita al iniciar el ordenador y desinstalé algo...
Busco mi carpeta de "papeles de ordenador". Saco todos los cds en los que pone ASUS. Me dedico a instalarlos todos, a ver si funciona alguno. Ah no, este no, que resulta que mi tarjeta de memoria también es de Asus...
Power Cynema no sé qué. ¡Este es el que desinstalé! Lo instalo de nuevo. Busco canales. No hay. Pincho en "salida de video". Anda, si hay más opciones... analógica con cable, analógica con antena, digital... voy pinchando. Coño!! si veo la sexta, la uno, telecinco... VEO LA TELE EN MI ORDENADOR!!! Y todo este tiempo sin saberlo!!!
Pero la wii no aparece. Pincho en compuesto...
Y de pronto, suena la musiquita del menú principal de la wii... Doy saltos, grito. Viene mi perra a mi cuarto, asustada. La abrazo, me retuerzo por el suelo... Después de un año, tengo tele y wii en mi ordenador!!! Por cierto, el wii fit me encanta, pero ayer eso era lo de menos...

Soy taaaaaaaaaaan feliz... Y sin tener ni idea ni llamar al servicio técnico. Que se jodan. :P

lunes, 23 de noviembre de 2009

La crisis del cuarto de vida

Circula por internet un mail en cadena sobre lo que llaman "la crisis del cuarto de vida".

"Te empiezas a dar cuenta que tu círculo de amigos es más pequeño que hace unos años. Te das cuenta de que cada vez es más difícil ver a tus amigos y coordinar horarios por diferentes cuestiones: trabajo, estudios, pareja, etc...
Y cada vez disfrutas más de esa cervecita que sirve como excusa para charlar un rato..."

Ciertamente, hoy me han felicitado muchas menos personas que cuando tenía 20. Pero también es verdad que me han llegado más felicitaciones sinceras que las tipicas "felicidades, que lo pases bien, un beso".
Y cierto es también que ahora tenemos que concretar fechas para celebrar cumpleaños, fiestas especiales etc con mucha antelación para que podamos asistir todos los amigos, y no le falta a razón al hecho de que prefiero mil veces quedar en el "Melendi" a tomar unas cañas con mis amigos, antes que salir a romper la noche de bar en bar (aunque de vez en cuando, también apetece).

"Ríes con más ganas, pero lloras con menos lágrimas, y con más dolor."

Y desearías poder volver a llorar porque ya no le gustas a fulanito, o porque tus padres no te dejan salir hasta tarde, en vez de llorar por la muerte de un ser querido o la pérdida de trabajo de tu hermana.

"De repente tratas de aferrarte al pasado, pero te das cuenta de que el pasado cada vez se aleja más y que no hay otra opción que seguir avanzando."

Y de pronto me doy cuenta de que tengo 25 años, que por supuesto sigo siendo joven, pero ya no tengo 20.
Ya no puedo salir de fiesta tres dias a la semana (primero porque no tengo dinero y segundo porque mi cuerpo ya no lo aguanta), y mis preocupaciones ya no son: qué me pongo esta noche, ¿saldrá hoy fulanito?, voy a beber hasta perder el control, vaya mierda de exámenes...paso de ir a clase hoy, ¡me voy de compras con fulanita!

Ahora más bien me preocupo por: ¿estará bien fulanita? la noté triste el otro día, ¿cuándo podré independizarme? ¿amortizo el coche con lo poco que he ahorrado o me conviene más seguir pagando las letras? ¿hago el doctorado o me quedo con el máster a secas? ¿cómo puedo ayudar a mi hermana a conseguir trabajo?

A veces me siento sola y otras, creo que me sobran los amigos y no puedo atender a todos. Y tengo 25 años, aún puedo seguir haciendo las mismas locuras que hacía con 20, pero por el rabillo del ojo veo asomándose mi primera casa, quizá una boda, quizá el primer niño...

Y qué queréis que os diga, me muero de miedo, pero también me muero de ganas de comenzar una nueva etapa.

25 años... un cuarto de vida.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Presentación oficial


Recuerdo el patio del colegio al que iba cuando era pequeña. Había algunos castaños enormes, y en otoño el suelo se cubría de castañas pilongas.
Las monjas nos decían que no se podían comer porque te volvías loca, así que siempre he creído que la culpa de todas mis locuras las tienen estas castañas y mi primera desobediencia a la autoridad monjil.
Mi madre, en cambio, me decía que estas castañas daban suerte. Desde entonces, siempre he llevado alguna encima. Primero en mi mochila del cole, luego en mi bandolera universitaria, y ahora en el bolso-maletín con el que voy a la oficina.
Por eso, cuando esta mañana he decidido, así de pronto, que quería empezar un blog, he querido ponerle un título que dijera algo de mí... y es que soy una chica con suerte, y también estoy un poco zumbada. ¿Qué mejor que una castaña pilonga para definirme?