jueves, 10 de diciembre de 2009

Navidades... sin él.

Ya están aquí... los días de fiesta, de comidas y cenas familiares, más comidas de empresa, más cenas y copas con los amigos...
De pequeña, adoraba las Navidades. Me encantaba poner el Belén y el árbol, empapar los langostinos en mayonesa, cantar villancicos en cuanto mi tío sacaba su guitarra, acostarme tarde, los nervios de las uvas, la noche de Reyes...
Pero hay alguien que siempre daba sentido a las Navidades: Él, ordenando los regalos y repartiéndolos uno a uno. Él colándonos en la cabalgata, para ponernos en primera fila. Él presidiendo todas las cenas y comidas, mirándonos a todos con gran satisfacción, y comiéndonos a besos. Eran sus fiestas

Por eso, desde que él no está, las Navidades me parecen tristes. Ya no canto villancicos porque no me sale la voz si él no entona la primera estrofa con su voz cascada. Ya no me interesan los regalos, porque no los reparte él. No quiero ir a la cabalgata porque ya no está él para darme la mano. Miro la mesa y le falta lo más importante... él presidiéndola.

Fue un hombre magnífico. Ciertamente, la mejor persona que he conocido nunca. el que pegaba cromos conmigo, el que me ayudaba en los deberes, el que me contaba historias de la guerra, el que intentaba convencerme de la belleza de las Zarzuelas, el que llamaba "cara cuadrada" al primer niño que me gustó, el mismo que afirmaba seguir profundamente enamorado de su mujer, el que lloraba porque un día alguien le dijo que tenía que dejar mi casa porque le iban a llevar a un asilo, al que me abracé llorando diciéndole "si te vas, me voy contigo". El que me escuchaba en el hospital, mientas le narraba mi último partido de fútbol, el que me hacía cosquillas hasta que conseguía que le gritara "abuelooooooooooooo!!!". El que hablaba tan rápido que podía rezarse un rosario en tiempo récord. El que me llamaba "cielete", pese a que siempre pensé que lo que decía era "filete"...     Van ya 10 navidades sin él, sin mi abuelo.

No hay comentarios: